Desde tiempos muy
remotos la frase “acompáñalo con leche o café” es muy famosa, tanto por el
sentido de ir acompañado en la vida, como en el de darle sabor a la vida; tener
una satisfacción de vida es quizás lo que todos buscamos desde que dejamos de
ser niños y pasamos a la adultez. Todo de la mano de una actitud positiva que
nos sirva para encarar todos los retos.
Han pasado ya
casi 20 años desde que la señora Martina Lizárraga pasó a formar parte de
la gran familia del mercado ‘Benito
Juárez’, donde tiene su puesto de café Marino, el cual trabaja arduamente para
mantener ese esfuerzo que siempre ha tenido, su espíritu de mujer guerrera; y
que tomo por querer ayudar a su esposo en momentos de necesidad.
“Ser una mujer que trabaja me llena de
orgullo, porque si bien mis hijos ya son grandes, me hace sentir viva; más si
puedo notar la satisfacción de mis clientes; me alegra hacerlos despertar en la
mañana con el café”.
Sentada en su
banco y muy activa, la señora Martina recibe a todos los que se detienen en su
puesto; con una sonrisa en su cara esmera alegría que desborda con las persona
que llegan con prisa, y claro muy amablemente contesta ante toda pregunta
hecha…
-¿Cómo es la vida de un mujer que trabaja?
- “Feliz porque hago lo que me gusta, vender
café a las personas que necesitan despertarse, y productiva, porque contribuyo
al bienestar de mi familia, económica como moralmente, y aunque mis hijos ya
tienen sus familias, yo apoyo a mi esposo en todo lo que necesitamos, y me hace
sentir emoción llegar diario a esta familia que es el mercado para hacer mi
trabajo”.
-¿Cómo inicio este negocio? platíquenos de sus
inicios…
- “Mira, el inicio de este negocio fue que
estaba mi esposo, él es trabajador del café Marino, a él se lo ofrecieron como
un extra; pero con el tiempo le ofrecieron un mejor puesto con otro horario, y
el tubo que dejarlo. Como tenia ‘tiempecito’ no quisimos desprendernos de él, y
yo lo quise apoyar, tomando el lugar de él, y me vine a trabajar para acá, y gracias
a Dios nos ha ido muy bien”.
Siempre con una
sonrisa, Martina atiende a sus clientes, platica con ellos y suelten una que
otra risa por las anécdotas que cuentan. Sus manos siempre están juntas para
aparentar tranquilidad, y solo se mueven si llega un cliente por un café.
-¿Cuál es la motivación para levantarse día
con día para trabajar?
- “Mi motivación, es sentirme útil y poder
atentar lo mejor que pueda a mis clientes; que ellos digan que se fueron
alegres de este puesto de café, que a lo mejor llegaron cansados, pero aquí se
tomaron un café y se despertaron para andar bien en lo que queda del día”.
Lleno de
productos de café Marino, el puesto esta postrado para quien quiera llegar a sentarse
en los banquitos que están posando aun lado del desayunador que resguarda todo
como si fuera un fuerte al que solo llegan los que aman ese delicioso néctar
llamado café, que te ‘prende’ y despierta a cualquier hora.
-¿Cómo se maneja la venta en este puesto de
café Marino?
- “La venta en este puesto, se maneja en un
porcentaje, ósea, por lo que tu vendas, te dan (café Marino) un porcentaje. Los
productos se encargan a Marino, Marino me los trae aquí, me cobran 15 días la
factura, y así tengo un tiempo para vender y sacar algo para que cuando pasen
los 15 días ya tenga algo con que pagarlos”.
-¿Qué siente que le hayan dejado estos años de
trabajo?
- “La verdad me ha ayudado a vencer mi
timidez, antes era más vergonzosa o reservada; a entender más a las personas,
porque siempre va haber gente con opiniones diferentes y aquí escuchas de todo;
también he aprendido a comunicarme mejor, y aprender cosas nuevas de los demás
puestos que están en el mercado”.
Con una café en
mano, Martina y la gente que llega al puesto a tomar o comprar, miran a todos
lo que pasan por ahí; ya sean limosnero o gente que lucha para sobrevivir, a
tal caso de un señor que hace equilibrio de objetos pesados con su nariz, él y
otros más reciben una moneda o dos, de los tenderos y comerciantes de los
puestos del mercado. Una de muchas anécdotas de lo majestuoso que es entrar en
el mercado.
-¿Cómo describiría los productos de café
Marino?
- “Excelentes, a muy buen precio, porque jamás
he tenido una queja de los clientes, y veo sus caras de satisfacción, porque lo
productos de café Marino, son de los mejores que hay en Mazatlán, y creo mucha
gente lo sabe, y por eso vienen a comprar aquí; también debo decir que por
ellos he hecho muchos amigos.
-¿Qué tanto la han apoyado sus hijos en este su
trabajo?
- “Mis hijos el apoyo que me han brindado es
muy significativo para mí desde chicos, cuando yo me enfermaba ellos venían
cuando eran adolescentes; ahora que ya son adultos siguen viniendo a visitarme
de vez en cuando, a tomar café, y a veces a pedirme ayuda (risas)”.
Para la señora
Martina una de las mayores alegrías en su vida, es convertirse en abuela, ya
que con 50 años, es una mujer que no aparenta ser una abuela, más bien es una
abuela joven, que con mucho cariño trata a sus nietos como si fueran sus hijos,
y siempre muestra todo su apoyo a sus hijos moralmente.
-¿Qué le ha representado en su vida ser
abuela?
- “Para mí el ser abuela es algo muy hermoso,
casi tanto como ser mamá, porque ves que la familia crece y te da alegría. En
mi trabajo también me ha servido, porque soy más paciente, y pienso que a los
nietos se les disfruta porque a veces a los hijos no los puedes disfrutar tanto
como a ellos por trabajo y cosas así. Luego viene mi nieta “Alin” a ayudarme
los domingos para que vaya aprendiendo del negocio familiar, eso me hace sentir
más animada”.
Con el tiempo
llega un señor a pedir un café, y cuenta tres historias, curiosamente son de su
pasado, que ligeramente llega a hacerte creer que estás ahí, como un
sentimiento de nostalgia se refleja en la cara del hombre, que se siente como
en casa platicando con sus amigos que toman una taza de café caliente.
-¿Cuál cree que sea la clave para tener una
vida Feliz?
- “Para tener una vida feliz, yo pienso que lo
primero es ser honesto, ser honesto con uno mismo, para poder ser honesto con
los demás, así las personas van a ver que eres una persona clara y vas a tener
muchos amigos que confíen en ti y tu podrás confiar en ellos. Para mi esa es la
base de la felicidad, llevar una vida tranquila sin ofender a nadie y
esforzándose por salir a adelante”.
Martina ve una
sociedad donde quizás mucha gente viva inconforme, pero ella piensa que dándole
una sonrisa a la vida las cosas pueden ser más fácil; ser una buena esposa, una
buenas hermana, una amiga y una mejor abuela son la motivación de Martina
Lizárraga para echarle ganas a su trabajo y a su vida, la cual ella describe
como muy buena, y que cree que no le falta mucho por hacer.
“Mientras ya puedo levantarme, espero seguir
viniendo al mercado a trabajar y atender a mis clientes; ya en un futuro espero
que mis hijos o nietos vengan a seguir teniendo de pie este negocio que el café
Marino nos permite trabajar”.
Las industrias
Marino es una empresa a quien la señora Martina le va agradecer siempre por el
trabajo que le ha permitido ser una persona ‘luchona’ estos últimos casi 20
años. Ella se muestra muy activa y rápida para responder a los pedidos de la
gente, y siempre despide a todos con un “que te vaya bien” hija, hijo, señora,
señor, etc. Todo con el fin de quedar en la memoria de una sociedad acogedora y
reconfortarle, creada por las personas que venden y consumen en esta familia.
Alexis García
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